¿Cómo empezar un proceso de transformación para ser y hacer un verdadero equipo?

Según el escritor Patrick Lencioni, trabajar en equipo no es una virtud, es una elección consciente y voluntaria. Surge construyendo lazos de confianza basados en la vulnerabilidad humana que muestran los integrantes de un equipo, ante sus errores, temores y dificultades.

En el post anterior os hablaba que atreverse a confiar suponía la base de la verdadera transformación de un equipo y/o una organización. Hablábamos de quitar las máscaras y mostrarnos tal cual somos, y eso nos podía hacer sentir vulnerables y a la vez conseguir con ello ser un verdadero equipo, generador de bienestar y éxito.

Vamos a suponer que un equipo elige de forma consciente y voluntaria el camino de crecer y transformarse en un verdadero equipo. ¿Cómo abordarlo?

En nuestra experiencia en We&up, donde hemos participado en numerosos procesos de transformación, hemos podido observar que es necesario que en los miembros del equipo nazca la motivación para querer evolucionar, para querer ser mejor equipo. El Profesor y escritor Isaac Getz explica en su libro FREEDOM, INC que nadie puede motivar a otra persona, no existe el botón de la motivación. Lo que sí que se puede hacer es crear las condiciones y el ambiente para que uno se motive por sí mismo.

Y de eso se trata. Al acompañar al equipo en su evolución, lo vamos a hacer desde 2 ángulos diferentes y además de manera paralela, para propiciar que las personas encuentren su motivación interior para querer evolucionar ellos y el equipo, esto es:

  • Con un acompañamiento personal e individual a cada miembro del equipo para conocer en que situación se encuentra a nivel personal y profesionalmente en el equipo.
  • Un acompañamiento al equipo en su conjunto, como un ente vivo, con sus dinámicas particulares de funcionamiento, su identidad, sus reglas no escritas..

Ambos crecimientos deben darse para conseguir la transformación del equipo.

En el acompañamiento individual ayudamos a cada miembro no solo a desarrollar su liderazgo, si no también, en concreto, a que tome consciencia de cuáles son sus valores y principios fundamentales, lo que realmente es importante para él, también sus creencias y sus patrones de comportamiento que pueden estar limitando su liderazgo en ocasiones y también perjudicando inconscientemente la construcción de un ambiente en el equipo basada en la confianza de vulnerabilidad, donde podamos mostrarnos sin reservas, auténticamente.

Os voy a poner un ejemplo en relación a como una creencia puede perjudicarnos en la construcción de un ambiente basado en la confianza:

Si una persona tiene la visión (creencia) de que el mundo es un lugar duro donde hay que competir y luchar para conseguir aquello a lo que aspiras, porque las oportunidades son escasas y “no hay pastel para todos”, su manera de relacionarse en un equipo con sus compañeros estará influenciada por esa visión, con lo cual en un momento dado será más complicado para esa persona colaborar con el otro al 100%, mostrar todo lo que sabe con total generosidad. Inconscientemente se retraerá a no compartir todo lo que sabe (que sería lo óptimo para el equipo) con el resto de compañeros, no sea que algún día tenga que competir con ellos mismos como candidatos, por la próxima promoción interna.

Este ejemplo muchas veces se ve amplificado además por la propia cultura de la empresa si fomenta activamente la competitividad interna, que obviamente perjudica que puedan haber verdaderos equipos de trabajo.

Por otra parte, en el acompañamiento al equipo será necesario, ya en el inicio, desvelar para su toma de consciencia, la realidad que se vive en el equipo, es decir, la cultura imperante (las cosas que se hacen sin que las personas piensen en ello), también las ilusiones, retos, suposiciones, conjeturas, miedos que sus miembros tienen. Esa toma de consciencia es fundamental, ya que los equipos empiezan a evolucionar cuando se dan cuenta de la realidad disfuncional que viven y el origen que lo provoca.

Es decir, toman consciencia de lo alejados que están en este momento de vivir en una cultura cercana, humana y colaborativa, que es posible vivir si ellos quieren. Esto supone el punto de partida para desarrollar la visión del “equipo ideal que quieren ser” y también establecer los pasos a trazar hasta llegar hasta ese equipo ideal.

En el camino que el equipo deberá recorrer para llegar a ser “el equipo ideal que quieren ser” requerirá incorporar, una serie de herramientas, que les van a ayudar a construir esa cultura basada en la confianza. Herramientas tales como la escucha profunda, conocer los estilos relacionales de comunicación de cada miembro para comunicarse de forma efectiva, saber darnos feedback adecuadamente, mantener conversaciones difíciles en tiempo y forma con los compañeros, saber gestionar las tensiones y los conflictos de manera constructiva… hay muchas más dependiendo de que se necesite.

En todo ese recorrido donde se van desvelando los disfuncionamientos relacionales que hay y se van reeducando los comportamientos ineficaces como equipo, la confianza va ganado terreno y se va integrando la nueva realidad que es mucho más ilusionante.

En paralelo cada miembro del equipo además va recorriendo su camino personal de evolución y de consciencia, poniendo entonces su liderazgo al servicio del equipo, con mayor conocimiento de su impacto para ayudar a construirlo. Estamos poniendo en movimiento el círculo virtuoso del equipo, donde a mayor consciencia, se genera mayor confianza y eso se traduce en mayor éxito y bienestar.

En We&Up creemos firmemente que todas las personas quieren trabajar en un equipo, en una organización, donde se sientan reconocidas, donde puedan crecer personal y profesionalmente y se sientan orgullosas de pertenecer a él. Construyendo ambientes y culturas basadas en la vulnerabilidad humana todo ello es posible. ¿Te apuntas?

Un abrazo

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