HABLEMOS ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE

Hace unos meses asistí a una junta de accionistas correspondiente a una empresa en la que participo como inversor. He invertido modestamente en algunas startups lo que me permite conocer: personas interesantes, nuevas ideas de negocio y tecnologías innovadoras en algunos casos.

La cuestión es que fue una junta muy tensa y difícil debido a que dos de los socios principales estaban enfrentados entre sí de una manera irremediable. Ambos son grandes profesionales y buenas personas, pero no ha habido manera de que llegasen a un acuerdo para solucionar los problemas que tenían. Intenté ayudarles para reconducir su relación pero muy a mi pesar ya era demasiado tarde.

La situación creada ha hecho que una empresa con mucho potencial, desde el punto de vista tecnológico y con un negocio prometedor, se encuentre ahora en dificultades debido al conflicto de los socios.

¿Cómo evitar llegar a una situación como ésta en un equipo?

Lo óptimo sería trabajar el desarrollo personal de los miembros y las propias dinámicas existentes en el equipo para conseguir una madurez relacional y así saber gestionar los conflictos de manera constructiva.

En nuestra experiencia en We&Up, acompañando equipos y organizaciones, hemos visto que en muchas ocasiones hay señales que avisan que en un equipo puede haber problemas serios en el futuro. Por ejemplo, cuando en el seno del equipo las conversaciones son superficiales, o bien se ocultan mutuamente sus debilidades y errores, o dudan antes de ofrecer ayuda unos a otros, o bien no se conocen más allá del entorno profesional…

En estos equipos ya sea por pereza, falta de tiempo, miedo a afrontarlo o todo a la vez, cuando hay alguna discrepancia o problema aunque sea pequeño no se aborda directamente, se deja pasar, no se habla y no se “limpia” la relación.

Esta circunstancia provoca que si de nuevo surge otra dificultad, esta se acumula a la anterior, y así se van repitiendo la dinámica relacional, que va disminuyendo la confianza cada vez más entre las personas del equipo. Entonces lo que antes era una simple discrepancia que se podía solucionar con buena voluntad entre las partes, ahora con el tiempo, y al no abordarlo en su momento, se ha convertido en un problema de relación, un conflicto donde hay mucho que arreglar por las conversaciones pendientes.

 AFRONTAR LA DISCREPANCIA Y EL CONFLICTO

En nuestra cultura llevamos mal el conflicto y la discrepancia y eso hace que los equipos sean muy disfuncionales. En general, tendemos a no afrontar de cara la situaciones difíciles relacionales, esperando quizás que se solucionen por sí mismas.

Si reflexionamos, veremos que lo normal es que hayan discrepancias entre dos personas, porque “cada una es de su padre y de su madre”, tienen unas creencias, unas costumbres y unos hábitos diferentes, fruto de sus vivencias y educación recibida. Si somos auténticos al expresarnos probablemente discrepemos en muchas situaciones. No pasa nada. Hablemos de manera franca, educada y con empatía sobre lo que necesitamos, o sobre lo que nos ha molestado y solucionaremos la dificultad que se ha generado en muchos casos. No perdamos la ocasión de “limpiar” la relación cuanto antes mejor, así evitaremos que se haga una bola más grande de problemas en el futuro.

Introducir en los equipos de forma recurrente la práctica del feedback nos puede ayudar a normalizar las conversaciones digamos difíciles y abordar así las discrepancias. Para ello cuanta más confianza tengamos entre todos los miembros, más fácil será dar y recibir feedback ya que se habrá creado una base sólida de buenas intenciones.

En línea con lo de fomentar la confianza, el escritor estadounidense Stephen Covey en su libro «Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” introdujo el concepto de cuenta bancaria emocional. Se trata de los depósitos emocionales que hacemos en las relaciones que mantenemos, ya sean profesionales o personales. Si mi cuenta bancaria emocional con un miembro del equipo está en números verdes significa que los depósitos emocionales que he hecho son positivos, es decir, he cuidado la relación con la otra persona, me he preocupado de conocerla y entenderla más, y por tanto hay más confianza entre nosotros para resolver bien un posible desencuentro que se produzca o bien puedo darle un feedback sobre algo que podría mejorar. Si por el contrario mi cuenta bancaria emocional con esa persona está en números rojos significa que nuestra relación no dispone de la confianza suficiente y va a ser más difícil solucionar nuestras diferencias si las hay.

Ojalá los dos socios de la empresa que os comentaba al inicio hubieran mantenido conversaciones claras y con empatía desde el principio, ojalá hubieran “limpiado” la relación cuando empezaron a surgir problemas entre ellos, ojalá hubieran aplicado el concepto de la cuenta bancaria emocional. Sin duda hoy su empresa estaría en mejor situación para afrontar los retos de estos tiempos.

En We&Up nos mueve acompañar a equipos y organizaciones a crear ambientes y culturas humanistas, basadas en la confianza, para que puedan sentirse con la fortaleza, con la seguridad para hablar con claridad y empatía, poder afrontar las diferencias a tiempo y evitar que los problemas se enquisten por no haberlo solucionado cuando era posible hacerlo.

Por tanto recuerda: “Hablemos antes de que sea demasiado tarde.”

Un abrazo y hasta pronto

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